¿Para qué estamos aquí?

¿Cómo llegamos a esta página habiendo tanta información disponible? ¿Hay algo que se pueda aportar en cuanto a comunicación que no haya sido dicho antes? Pues yo creo que todo es un aporte interesante que nos de nuevos ángulos de perspectiva hacia cualquier tema. En esta pequeña bitácora de comunicación solo encontrarás mis opiniones con el ánimo de generar un diálogo.



El objetivo principal es buscar la conexión entre los principios de comunicación corporativa (desde la gestión de la identidad e imagen) y diferentes formas de arte, en primer lugar, la música. Existe mucha relación entre el arte y la comunicación. Tal como todo avance cultural, las expresiones artísticas obedecen a un contexto. Se puede ver de manera muy representativa en la pintura como a lo largo del desarrollo de la humanidad las expresiones gráficas han ido reflejando las ideologías dominantes de la sociedad. Desde los primeros pictogramas al realismo del renacimiento a la vanguardia de lo interpretativo en la actualidad.

En la música, se ha desarrollado todo un proceso de crecimiento y cambio similar. Desde la música tribal a la majestuosidad clásica y luego a la masificación musical que hasta ahora es la tendencia, aún con más fuerza gracias a plataformas digitales que permiten un acercamiento directo con nuevos artistas.

Ahora, he aquí la particularidad. Desde la década de los 60 con el advenimiento de la televisión como nuevo medio de distribución de la música, se añadió una nueva dimensión a lo sonoro: la imagen. Esta imagen la podemos definir desde dos perspectivas. Primero tenemos la marca, definida por el logotipo y la parte visual que representa a la banda en diseños, en merchandising (productos promocionales), portadas de discos, afiches, etc.

Desde eta perspectiva podemos por ejemplo identificar el siguiente ejemplo de marca muy posicionada dentro del mercado musical:



Es el icónico logotipo de la banda australiana de rock AC-DC. Es parte de lo que la banda significa, es tan peculiar como su sonido. Solo ver este logo ya puede hacernos recordar alguna de sus más recordadas canciones (Back in Black, Highway to Hell, y demás). Esta dimensión de imagen nos pretende decir mucho sobre la banda, la connotación eléctrica, el rayo, el tipo de letra, los colores y demás son indicaciones que van determinando a modo icónico todo lo que está detrás y que soporta lo gráfico.

Esa es la primera categoría de uso de imagen que se puede asociar a la música. En un segundo nivel, igual de importante es la apariencia. Desde esta perspectiva, toda la parte de diseño queda de lado y nos enfocamos en las personas que representan la personalidad de la banda. Desde este acercamiento un ejemplo clásico es el siguiente:


KISS, banda de hard rock norteamericana se lanzó al estrellato con un fuerte impulso de sus personajes en escena, los diseños particulares de pintura en el rostro de cada uno de ellos ha sido el diferenciador. Esta perspectiva va más allá a solo la forma cómo se ven estéticamente, sino que se fortalece con la “actuación” en escenario o en videos que da un sentido de peso adicional a lo visual. Se convierte en acción, en persona con la que nos podemos identificar, ¡es actitud!

Si la imagen representa el tipo de música que la banda en cuestión produce va más allá de mi comprensión. Desde lo personal, puedo decir con temor que jamás he mostrado mucho aprecio a la música de KISS debido a su imagen. Ver a los músicos en escena con el maquillaje y la actitud de agresión me genera un vínculo a música con mayor voltaje que “I was made for loving you, baby”, pero esa es solo mi percepción individual y por más controversial que sea aún tendré que dar una segunda oportunidad a la música para encontrar algo que me identifique.

Todas estas decisiones no son arbitrarias (o al menos asumiremos que existe un proceso de análisis y propósito detrás), responden al reflejo de lo que la banda y su música representa y buscan por un lado el posicionamiento mediante el impacto y la recordación por el uso continuo de dichas dimensiones de identificación / identidad.

Así, solo vemos dos ejemplos de cómo se puede manejar el tema de comunicación corporativa a partir de análisis de intangibles en la música. Muchas preguntas pueden surgir a partir de los análisis comunicacionales (desde la semiótica, la kinésica, el análisis de discursos y demás) que reflejan otras realidades. No podemos indicar a ciencia cierta si la gestión de las categorías explicadas tiene una incidencia directa en el posicionamiento o el éxito que puedan tener, mucho menos el impacto económico que pueda representar al artista. Determinar tales conclusiones implicará un diálogo más profundo en temas que dejan de centrarse en las dimensiones comunicacionales.

Así, el propósito de todo lo que se viene a continuación es reflexionar o generar una lluvia de ideas ordenadas sobre esas vinculaciones. Casos específicos de imagen en la música serán el punto central. Sin embargo, otros temas de importancia contextual que puedan ser de interés para ustedes o para el autor serás analizados en 1000 palabras o menos en esta bitácora común.

Te invitamos a seguir leyendo, si te apasiona la música o la comunicación (o disfrutas mucho la lectura), este será un lugar de descubrimiento.



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